Que Francia tenga más restaurantes con estrellas Michelin que cualquier otro país no es ninguna sorpresa para la mayoría de las personas, como tampoco lo es el hecho de que París albergue a casi una cuarta parte de ellos. Sin embargo, lo que sí puede sorprender es el precio de los platos.
París se considera el paraíso de la gastronomía, y no en vano, porque tiene casi una cuarta parte de todos los restaurantes con estrellas Michelin del país. Aunque comer en un restaurante con estrellas Michelin es caro, hemos encontrado algunos restaurantes con estrella en los que se puede comer sin tener que pagar la cuenta con un riñón.
Septime es el sitio en el que hay que estar para ver y ser visto en la Rue de Charonne. Y por ello, conseguir reservar mesa, incluso para el almuerzo, es todo un desafío. Pero la verdad es que vale la pena, porque los platos que se sirven aquí hacen justicia a todo el ajetreo que envuelve a este restaurante: son frescos, modernos y están bien presentados. Destacan carne de venado cruda con estragón y aceitunas kalamata, el merlán con endibias y mantequilla de naranja y, en los postres, el crumble de membrillo y verbena.
El Benoit tiene mucha historia. Se inauguró en 1912 y es el único bistró parisino que queda en la Guía Michelin. Fue propiedad de la familia Petit durante 93 años y en 2005 la familia lo traspasó al equipo de Alain Ducasse. El ambiente siempre es cálido y acogedor, y la decoración de terciopelo rojo y bancos de latón, paneles de vidrio tallado y columnas de mármol, junto a su famoso bar, transmiten un aire de calma y tranquilidad. Aquí se pueden encontrar los clásicos de la cocina francesa, actualizados con buen gusto y esmero. El menú del mediodía es una oferta muy razonable.
En La Table d'Eugène, el equilibrio entre tradición y modernidad se garantiza con la estricta observancia de la estacionalidad. El menú se actualiza cada 10 días y se inspira en las excepcionales hierbas aromáticas, vegetales y animales cultivados y criados por la red de pequeños productores del restaurante. El jefe de cocina Geoffroy Maillard y su asistente François Vaudeschamps crean platos complejos y complementarios que dan fe de la veracidad cita de Alain Chapel: “cocinar es mucho más que recetas”. El menú de degustación de cinco platos es una delicia, pero si puedes permitirte la opción de ocho platos, no lo dudes, vale la pena.
La Table du 11
Restaurant, French
La Table du 11, es un restaurante íntimamente proporcionado con una cocina abierta y un ambiente acogedor, inaugurado en la Rue Saint-Honoré de Versaille en febrero de 2015. En un año, su joven chef y propietario, Jean-Baptiste Lavergne-Morazzani, ganó su primera estrella Michelin. Con más de una década de experiencia trabajando junto a Gordon Ramsay en el Trianon Palace, Yannick Alléno en Le Meurice y Philippe Bélissent en Cobéa, Lavergne-Morazzani estaba en una buena posición para lanzar su primera empresa independiente con solo 25 años. El restaurante es el final perfecto (o descanso del mediodía) si has ido a pasar el día visitando el Palacio de Versalles.
La Truffière dio la bienvenida a su nuevo jefe de cocina, Christophe Poard, en febrero de 2016. Antes de su llegada a esta institución parisina, había trabajado en las famosas cocinas del Casino de Deauville, en el restaurante Schwarzwaldstube de tres estrellas de Amberes, en el Plaza Carlsbad de la República Checa y en el castillo de Hassonville de Bélgica. Desde su llegada, ha dejado su huella en el menú, y le ha dado muy buena reputación entre los amantes del vino (tiene el segundo mayor número de referencias de la ciudad), el marisco y el queso. El menú de tres platos del restaurante se puede degustar a un precio asequible.
Garance
Restaurant, French
El Garance, está en la orilla izquierda del Sena, cerca de Les Invalides. Es el proyecto del chef Guillaume Iskandar y el sumiller y director Guillaume Muller, quien anteriormente trabajó junto a Alain Passard en su restaurante parisino de tres estrellas, Arpège. Juntos han creado una experiencia gastronómica que gira alrededor de un diseño impactante, sabores limpios y las delicias de una bodega abastecida con muy buen ojo. Si no pides bebidas alcohólicas, los menús de almuerzo básicos tienen precios asequibles y puedes cenar por unos 70€.
